Durante esta era de redes sociales y el incremento de tiempo frente a una pantalla durante esta pandemia, es muy fácil encontrarnos comparando nuestra vida con la de otras personas. Esto es peligroso porque podemos empezar a determinar nuestro valor basados en nuestra comparación con otros. 

Yo he sido culpable de esto. He comparado como me veo, mis logros, los dones que Dios me ha dado y aún mi personalidad con otras personas. La comparación es destructora de autoestima; es como ir cuesta abajo y comienzas a creer que no vales nada. Es por eso que necesitamos aprender a vivir de acuerdo a los estándares de Dios y no a los de la sociedad. Aquí te presentamos 5 cosas para recordar cuando te sientas atrapada en comparación.

 

RECUERDA COMO DIOS TE VE

Cuando Dios te ve, Él ve lo que su hijo Jesús hizo por ti en la cruz. Dios sabe todo sobre ti; tu pasado, tu presente y tu futuro y aún así te ama y te acepta tal y como eres.

Romanos 8:38 dice, “Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.”

Es muy importante que nos aferremos a esta verdad de Dios para que cuando veamos las bendiciones de otras personas, no nos alejemos de Dios o cuestionemos nuestro valor o habilidades. Nosotros somos herederas de Dios; recordemos que somos valiosas ante los ojos de Dios y que Él nos creó por una razón. Habla esa palabra sobre tu vida.

RECUERDA QUE TODO ES PASAJERO

Cuando nos comparamos a otros, a menudo es porque deseamos algo que ellos tienen. Aún si todos tus sueños se hicieran realidad y todos tus deseos fueran cumplidos, tu valor no viene de esas cosas, esta vida es temporal. Comprarnos con otros es agotador y no tiene sentido.

En Eclesiastés 1:2, el Rey Salomón hace esta audaz afirmación … nada tiene sentido. 

“Observé todo lo que ocurría bajo el sol, y a decir verdad, nada tiene sentido, es como perseguir el viento.”

Eclesiastés 1:14 

Salomón era uno de los hombres más ricos que ha caminado la tierra; él tenía todo lo que podía desea. lujo, poder, dinero … todo. Y aún teniendo todo lo que podía desear, el rey Salomón escribe que la vida sin Dios no tiene sentido. 

Comparación, celos y envidia no son de Dios. Algunas de las cosas que quieres o envidias ; ya sea el cabello de alguien, su matrimonio, su éxito en los negocios o su cuerpo, lo que sea. Pueden ser cosas buenas, pero sin sentido para compararte porque ninguna de ellas importa sin Dios. Tener esas cosas no te va a dar vida.

Dios es tu centro, Dios es tu enfoque, Dios es tu todo. Tenemos que alimentarnos constantemente de esto y recordarlo para que cuando esos momentos de comparación vengan, podamos permanecer firmes y recordar: “Hey! mi valor viene de Dios y tengo todo lo que necesito ahora”

“No te inquietes a causa de los malvados, ni tengas envidia de los que hacen lo malo.
Pues como la hierba, pronto se desvanecen; como las flores de primavera, pronto se marchitan..”

Salmos 37:1-2

RECUERDA LO MÁS IMPORTANTE

 La única forma de recordar cuan única y valiosa eres en Dios, es llenándote de Su palabra. Nosotros podemos facilmente alejarnos de la verdad de Dios cuando constantemente consumimos cosas terrenales; pero cuando pasamos tiempo con Dios, Él nos recuerda cuanto nos ama. 

Siempre habrá alguien que sepa más, alguien que se ajuste más que tú a los estándares de la sociedad. Pero adivina que? Ninguna opinión importa solo la de Dios, Dios es el juez, el creador, Él es tu primer amor. Míralo a Él y no a la Sociedad.

El amor de Dios por ti, lo que Él ha hecho por nosotros y su deseo de una relación contigo es lo más importante para Él y debería ser lo más importante para nosotros. Continua alimentando tu relación con Dios y todo lo demás caera en su lugar. (Mateo 6:33)

Nota: Tú puedes pensar que no estás lo suficientemente calificada para estar en la presencia de Dios. Honestamente ninguno de nosotros es lo suficientemente buena, pero aún así Él nos ama, aún así nos quiere cerca, aún así nos sostiene a pesar de nuestros pecados.

No compares tu pasado pecaminoso con los errores de otras personas. No hay pecado más grande o más pequeño que otro. Algunos pecados pueden tener mayores consecuencias que otros pero a los ojos de Dios todo los pecados son iguales. Tu puedes haber pecado mucho más comparado con otra persona pero eso NO te descalifica del amor de Dios.

“Pues las montañas podrán moverse y las colinas desaparecer, pero aun así mi fiel amor por ti permanecerá; mi pacto de bendición nunca será roto …”(Isaias 54:10).

No importa cuantas veces te hayas equivocado, el amor de Dios está ahí disponible para ti. Porque te equivocaste, porque eras la oveja perdida, El quiere que vengas a Él, Él está constantemente buscándote. Constantemente a tu lado; todo lo que tienes que hacer es abrir tu corazón a Él y recibirlo, recibir Su amor por ti. Tú eres suficiente ante sus ojos. 

TU ERES ÚNICA.

Cuando nos comparamos, inconscientemente estamos diciendo que Dios no nos hizo bien o que Dios no nos dió las bendiciones u oportunidades correctas. Recuerda, TÚ ERES asombrosa y maravillosamente hecha; SU obra es maravillosa …” Salmos 139:14. Dios te creó.

Dios te creó justo como eres. Cuando cuestionamos como nos vemos o donde estamos en la vida, estamos insultando el buen trabajo de Dios en nosotros. Recuerda, tú no eres menos que nadie, Tu eres asombrosa y maravillosamenre hecha a los ojos de Dios y El ama toda Su creacion. 

CUENTA TUS BENDICIONES.

Cuando no temenos algo que queremos, fácilmente podemos empezar a resentirnos con Dios por lo que no temenos. Para combatir esto debemos empezar a recordar las cosas que si temenos. Aún si es algo simple como agradecerle a Dios por llenar nuestros pulmones de aire hoy. Tomemos a Pablo como ejemplo, Pablo dió gracias en toda circunstancia, aún cuando el estuvo en prisión. Dios era su esperanza, su razón de vivir. Pablo sabía que todo funcionaría de acuerdo a la voluntad de Dios sin importar las circunstancias. Contemos nuestras bendiciones y recordemos que Dios es nuestro proveedor, dándonos todo lo que necesitamos para prosperar hoy.

Tú tienes todo lo que necesitas hoy, tú estás justo donde Dios te quiere en la vida. Seas casada o soltera, tengas un título de univesidad o no, tú estás donde tienes que estar.

La comparación puede llenarte de orgullo o destruir tu autoestima. De cualquier forma, la major manera de dejar de compararnos con otros es construir nuestros cimientos en la verdad de Dios, constantemente alimentándonos de lo que Dios dice de nosotros y de lo que hizo por nosotros. Nosotros no hemos sido hechas para ser perfectas, aun así hemos sido hechas de la forma que somos por la gracia y bondad de Dios. No hay nada que podamos lograr que nos haga ganar la aceptación y el amor de Dios. Comencemos a creer que somos hechas perfectas y que somos amadas tal y como somos a traves del sacrificio de Dios. Empecemos a amar a nuestro projimo como a nosotras mismas, a apoyarlos y a animarlos por sus logros como si fueran nuestros. 

Nota: Este blog fue originalmente escrito por Alexis Collins y traducido a español por Rocio Jennings